Descubre la fórmula para trabajar en equipo con éxito
Trabajar en una organización requiere formar un equipo de personas en las que existan unos niveles óptimos de comunicación y empatía, y como tratamos la semana pasada, con un estilo comunicativo basado en la asertividad para así lograr un entorno laboral positivo.
Para empezar a desarrollar la importancia del trabajo en equipo, es fundamental hablar sobre la diferencia entre un grupo y un equipo, siendo la diferencia fundamental que el grupo es un conjunto de personas que comparten características comunes y un equipo se aplica a las personas organizadas especialmente para realizar alguna actividad o trabajo.
Los miembros del grupo tienen autonomía en las actividades que realizan, mientras que en el equipo los miembros deben actuar de forma cohesionada de manera que los logros se plantean para ser alcanzados con la contribución de todos los miembros.
El trabajo en equipo, no siempre es fácil puesto que cada miembro presenta unas competencias, capacidades y habilidades que en ocasiones son diferentes a las del resto. En estas situaciones, no hay que dar por perdido el trabajo en equipo, sino enfocar el problema o la discrepancia en una oportunidad de complementación dentro del grupo, aprendiendo a conocer y diferenciar diferentes funciones en cada miembro con el objetivo de alcanzar el objetivo final.
En un equipo, detectar las dificultades de la interacción de los miembros es el primer paso a dar para lograr la efectividad del equipo. Más allá de establecer una relación cercana de amistad o de llevarse bien entre los miembros del grupo, existen grupos de trabajo eficientes y con niveles altos de productividad al conseguir aunar esfuerzos, voluntad, creatividad y entusiasmo.
Vamos a hablar cuáles son las técnicas para poner en marcha a nivel individual y que se reflejen los resultados a nivel de equipo optimizando el desarrollo de tu organización.
¿Cuáles son las técnicas para trabajar en equipo con éxito?
En primer lugar, cuando se constituye un equipo, hay que cuidar y proteger el clima emocional, como hemos explicado cada miembro del grupo posee una personalidad diferente a la del resto lo que se ve reflejado directamente en su adaptación dentro de la organización. Para optimizar el clima laboral, es fundamental conocer la perspectiva, competencias y habilidades de cada miembro para poder favorecer el progreso y bienestar común.
En segundo lugar, la formación en inteligencia emocional es un aspecto fundamental que todo miembro del grupo debe desarrollar en aras de mejorar la empatía, la capacidad de escucha o la asertividad dentro del grupo.
En tercer lugar, hay que establecer seguridad psicológica, entendido como crear un clima de confianza en la que cada miembro pueda expresar sus ideas con libertad y ser apoyado por el grupo, sea o no la idea más acertada para el desarrollo del grupo.
En cuarto lugar, nos encontramos con la capacidad de adaptación, saber afrontar los cambios sin oponer resistencia. Así como saber resolver problemas y conflictos al trabajar en grupo.
Cuando se trabaja en equipo, se aúnan las aptitudes de los miembros y se potencian sus esfuerzos, disminuye el tiempo invertido en las labores y aumenta la eficacia de los resultados.
